A pesar de que algunas personas deben evitar el consumo de alcohol, como aquellas con antecedentes de adicción o mujeres embarazadas, un estudio reciente sugiere que el alcohol, en particular la cerveza, podría haber sido incluso más saludable que el agua en ciertas circunstancias.
El consumo excesivo de alcohol, especialmente de cerveza, se asocia comúnmente con riesgos para la salud como daño hepático, enfermedades cardíacas, presión arterial alta y un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer. Sin embargo, durante la Revolución Industrial en Inglaterra, la cerveza se estableció como una alternativa más segura al agua potable debido a la contaminación de las fuentes disponibles, según un estudio realizado por el Instituto de Economía Laboral (IZA) de Alemania.
El proceso de elaboración de la cerveza, que incluía hervir el agua, contribuía a eliminar muchos patógenos peligrosos presentes, lo que la convertía en una opción menos contaminada que el agua. Además, el alcohol presente en la cerveza cuenta con propiedades antisépticas que podrían haber contribuido a proteger contra enfermedades.
Aunque actualmente se considera que la cerveza es menos saludable que el agua, durante el siglo XVIII, la cerveza tenía un contenido de alcohol mucho menor, alrededor del 0,75% por volumen, lo que la hacía aún más segura en términos de contaminación microbiana.
Los investigadores concluyen que aunque en aquel entonces la gente no reconocía que la cerveza era una opción más segura que el agua, su consumo inadvertido podría haber contribuido a mejoras en la salud humana y el desarrollo económico en ese período histórico estudiado.