Carissa Fisher, una joven profesora de 20 años, tomó una valiente decisión al donar una parte de su hígado a Ezra Toczek, un niño de 5 años con una enfermedad hepática terminal. La historia comenzó en un preescolar de Nueva York, donde Carissa había enseñado a Ezra hace dos años. A pesar del tiempo transcurrido, Carissa se mantuvo al tanto de la situación crítica del niño.
Al enterarse de la necesidad urgente de un trasplante de hígado para Ezra, Carissa no dudó en presentarse como posible donante al ver una publicación en redes sociales de la familia adoptiva del niño.
“Se nos ha instado a buscar un donante vivo para él. Animamos a cualquier persona a llenar el cuestionario”, expresó la publicación de la familia en redes sociales.
“No lo pensé dos veces y me dije: ‘Voy a hacer esto. Si tengo los medios para ayudarlo, lo haré‘», expresó la profesora a la BBC.
“Tiene una gran cicatriz en el abdomen debido a una cirugía que le hicieron cuando era más pequeño. Siempre tuvo problemas médicos y sabíamos que eventualmente necesitaría un hígado nuevo”, añadió.
Tras pasar por exhaustivos exámenes médicos, se confirmó su compatibilidad y la cirugía se llevó a cabo con éxito el 7 de agosto.
Carissa sorprendió a Ezra en su casa con globos, un peluche y la noticia de que sería su donante, “Hey Ezra, ¿te gustaría compartir mi hígado?”, y ahora el niño goza de buena salud gracias a su desinteresado acto.