Europa enfrenta una nueva realidad con la guerra en su corazón, luego de décadas de paz.
La invasión rusa a Crimea en 2014 fue solo un preludio a la sorpresiva y sangrienta invasión militar a gran escala de Ucrania el 24 de febrero de 2022.Ante esta situación, los países europeos de la OTAN han incrementado su gasto militar el año pasado, representando el 28% del presupuesto total de la Alianza Atlántica, la cifra más alta en una década según el SIPRI.
La OTAN ha experimentado importantes cambios en su defensa colectiva, con un aumento en tropas en alta disponibilidad y grupos de combate a lo largo de su flanco oriental.
La percepción de amenazas ha cambiado en Europa, reflejándose en un aumento en el gasto militar.
La idea de volver al servicio militar obligatorio o alguna forma de reclutamiento ha ganado atención en varios países europeos en los últimos años.
Hasta 10 países europeos mantienen algún esquema de servicio militar forzoso o de reclutamiento voluntario, con cambios significativos en los países bálticos y escandinavos en respuesta a la percepción de riesgo ante una posible agresión rusa o escalada del conflicto.
La vuelta a un servicio militar obligatorio varía en cada país, siendo algunos como Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Austria, Estonia, Letonia, Lituania, Francia y Grecia los que mantienen esta práctica.
A pesar de la resistencia en Europa occidental tras la caída del muro de Berlín, la actualidad ha llevado a un replanteamiento de esta medida debido a la tensión actual en el continente.
Percepción del peligro
Letonia ha sido el país más reciente en implementar el servicio militar obligatorio, reintroduciendo esta medida el 1 de enero de este año después de haber sido eliminada en 2006. Sus vecinos en el Mar Báltico también han tomado acciones rápidamente al respecto.
Lituania había eliminado el reclutamiento obligatorio en 2008, pero lo restableció en 2016 tras la invasión rusa de Ucrania en 2014.
Estonia, por su parte, ha mantenido una forma de servicio militar obligatorio desde su independencia en 1991, ampliando la red de ciudadanos obligados a servir.
Finlandia, que recientemente se unió a la OTAN, ha mantenido el servicio militar obligatorio desde la Segunda Guerra Mundial, atrayendo a aproximadamente 27,000 ciudadanos varones cada año.
En Suecia y Noruega, además de reintroducir un modelo similar de servicio militar obligatorio, se ha introducido la paridad de género, obligando a las mujeres a servir en las fuerzas armadas.
Rearmarse para evitar la guerra
La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, subrayó la importancia de rearmarse no para buscar la guerra, sino para prevenirla.
En este sentido, se ha destacado la necesidad de mejorar el arsenal, así como las capacidades humanas y de formación.
Alemania ha tomado nota de este enfoque, proyectando que Europa pueda enfrentarse a un conflicto regional de alta intensidad para 2030.
En este contexto, el gobierno de Olaf Scholz ha considerado reinstaurar el servicio militar obligatorio, descartado en 2011 pero reconsiderado debido a la guerra en Ucrania.
Proteger las exportaciones
Alemania ha incrementado su presupuesto de Defensa con el objetivo de proteger su activo más valioso: sus exportaciones.
Es crucial para el país mostrar credibilidad y garantizar que su capacidad económica no se vea amenazada por conflictos regionales que podrían poner en riesgo sus comunicaciones, suministros y ventas a sus principales socios europeos.
En 2022, Berlín se comprometió a realizar inversiones significativas en sus fuerzas militares, consideradas tanto reducidas como obsoletas, con la intención de desempeñar un papel más activo en la defensa de Europa.
Rechazo al servicio militar obligatorio
A pesar de los desafíos de seguridad actuales, la introducción del servicio militar obligatorio sigue siendo un tema polémico en casi todos los países de Europa occidental.
Los gobiernos han mostrado reticencia a implementar esta medida, ya que no solo resulta impopular entre los ciudadanos llamados a servir y sus familias, sino que también implica la pérdida de capital humano en la fuerza laboral y tiene repercusiones económicas.
El panorama geopolítico y militar en Europa ha experimentado cambios significativos en la última década, sin embargo, la reconstrucción de los sistemas de defensa es un proceso prolongado.
Los analistas advierten que Rusia, siendo consciente de este hecho, está atento a las transformaciones en curso en la región.