El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, advierte fuertes consecuencias para quienes participen en disturbios violentos de carácter xenófobo y racista que han azotado a Inglaterra e Irlanda del Norte en los últimos días.
Los disturbios iniciaron en Southport, tras el ataque con un cuchillo en un centro comunitario que dejó tres niñas muertas y varios heridos. Manifestantes, incitados por desinformación en redes sociales, atacaron mezquitas, hoteles y personas que consideraban extranjeras.
Más de 500 arrestos han sido realizados y los tribunales han comenzado a procesar y encarcelar a los participantes en los actos violentos, impulsados por una orden del gobierno para agilizar los procesos judiciales.
Starmer planea una tercera reunión de emergencia con su gabinete y comandantes policiales en medio del temor de más disturbios, mientras que contramarchas en apoyo a los refugiados se llevaron a cabo de manera pacífica en todo el país.
El gobierno británico ha implementado medidas extraordinarias para tratar la crisis, incluyendo refuerzos policiales y disponibilidad de 500 nuevos espacios en cárceles para los condenados por la violencia.
Starmer ha anunciado que aquellos detenidos por los disturbios serán procesados rápidamente y espera dictar «condenas sustanciales» en pocos días como mensaje de disuasión.
«Punta de iceberg» de disturbios violentos en Reino Unido
William Nelson Morgan, de 69 años, fue condenado a 32 meses de prisión por desorden violento y a seis meses más por posesión de un arma ofensiva en Liverpool.
La fiscal advirtió que las sentencias son solo el comienzo de un proceso doloroso para los involucrados en los disturbios.
Más de 400 personas han sido arrestadas en relación con los eventos violentos, y unas 140 han sido imputadas recientemente, incluyendo acusaciones por conducta violenta en Manchester y amenazas en Warrington.
El gobierno ha enfatizado que la criminalidad online también será enfrentada con firmeza, considerando la extradición de influencers de redes sociales supuestamente involucrados en los desórdenes, incluyendo cargos de terrorismo.
Apoyo a la diversidad frente a la violencia
En contramarchas en varias ciudades, miles de personas manifestaron su apoyo a los refugiados y la diversidad, portando mensajes antirracistas y de bienvenida. En lugares donde ocurrieron los disturbios de extrema derecha, las manifestaciones fueron pacíficas, evitando nuevos actos de violencia.
En Londres, se realizaron las contramarchas más numerosas. En el distrito santuario de Walthamstow, en el noreste de la ciudad, donde se acoge a los refugiados, miles de personas salieron a las calles sosteniendo carteles con mensajes como “El odio no es bienvenido aquí” y “Alto a la extrema derecha”, manifestando su apoyo a la diversidad.
En Liverpool, cientos de manifestantes se unieron alrededor de una oficina de servicios de asilo con las ventanas protegidas con tablas, para expresar su respaldo a los refugiados e inmigrantes.
En Bristol, una contramarcha de unas 2,000 personas evitó que un pequeño grupo de extremistas atacara la oficina de un grupo de abogados especializados en refugiados, mientras que en Newcastle, al norte de Inglaterra, unos 1,000 manifestantes, principalmente musulmanes, se pararon frente a un centro de servicios migratorios designado como objetivo por la extrema derecha.