El ministro de Relaciones Exteriores español, José Manuel Albares, afirmó que la acogida de González Urrutia en España no fue improvisada, sino que se había estado preparando durante varios días.
Se aclaró que la solicitud de asilo político fue hecha personalmente por el ex candidato y no hubo negociaciones políticas entre los gobiernos de España y Venezuela.
Tras los resultados de las elecciones en julio, González Urrutia había solicitado refugio en la embajada de Países Bajos en Caracas y posteriormente fue emitida una orden de captura en su contra, lo que motivó su salida del país.
A pesar de otorgarle el asilo político solicitado, España no reconoce a Edmundo González Urrutia como presidente electo, según lo aclaró el canciller español, José Manuel Albares, de acuerdo con lo acordado por los 27 ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea. “Quedó claro que no íbamos a reconocer la supuesta victoria (de Maduro) del 28 de julio si no se exhibían las actas y la oposición no podía analizar los distintos resultados», señaló Albares este domingo desde China. También afirmó que la posición común era que no iban a reconocer la autoridad de Edmundo González, pero esto no disminuye el compromiso con él y la democracia en Venezuela, agregó el ministro.
En el ámbito de la política interna española, los partidos de oposición, el PP y Vox, critican al gobierno de Sánchez por no reconocer a González Urrutia como presidente electo. “Sacar a Edmundo González sin reconocerlo presidente legítimo no es hacerle un favor a la democracia sino quitarle un problema a la dictadura”, expresó Esteban González Pons, vicesecretario general del PP. En respuesta a las críticas, el canciller español calificó de “enorme irresponsabilidad” la postura del Partido Popular y dijo que, en lugar de apoyar a los venezolanos, se apoyan en ellos para desgastar al gobierno.
“Es una vergüenza mundial que recae sobre España y la Unión Europea”, afirmó Santiago Abascal, líder de Vox, y consideró que es un acto de cinismo que el gobierno de Sánchez presente su complicidad con Maduro como un acto humanitario hacia el presidente electo y legítimo al que no reconoció y contribuyó decisivamente a su exilio.
Nicolás Maduro lleva once años gobernando Venezuela y el chavismo ha estado en el poder durante 25 años. Con esta victoria forzada en su tercera reelección, garantiza su permanencia en el cargo durante seis años más.