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¿Por qué mi mascota huele mis partes íntimas? Una explicación científica y conductual

Es una escena común, aunque incómoda: llegas a casa o visitas a alguien, y el perro te recibe olfateando directamente tus partes íntimas. Lejos de ser una conducta inapropiada en términos animales, este comportamiento tiene raíces biológicas claras. A continuación, te explico por qué ocurre.

1. El olfato canino: una herramienta hiperdesarrollada

Los perros tienen entre 220 y 300 millones de receptores olfativos en la nariz (los humanos solo tenemos unos 5 millones). Además, cuentan con un órgano especial llamado órgano vomeronasal (u órgano de Jacobson), que les permite detectar feromonas, compuestos químicos que transmiten información biológica.

2. Las feromonas humanas y su ubicación

En los humanos, las glándulas sudoríparas apocrinas, responsables de producir feromonas, se concentran en áreas como:

  • Axilas
  • Ingles (zona genital y perianal)

Estas glándulas liberan compuestos químicos que varían según el sexo, el estado hormonal, el estrés y otros factores fisiológicos. Los perros pueden “leer” esta información con un simple olfateo.

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3. ¿Qué “leen” exactamente los perros?

Al olfatear tus partes íntimas, los perros pueden detectar:

  • Si eres hombre o mujer
  • Tu estado hormonal (incluyendo si estás menstruando, embarazada o en ovulación)
  • Tu nivel de estrés
  • Si has tenido contacto reciente con otros animales o personas

Para ellos, es como una forma rápida de conocerte. Es comunicación no verbal, pero rica en datos.

4. ¿Por qué algunos perros lo hacen más que otros?

  • Perros entrenados o sociables: tienden a saludar por medio del olfato.
  • Perros no esterilizados: pueden mostrar mayor interés por olores sexuales.
  • Cachorros: exploran el mundo con el olfato y son más entusiastas.
  • Perros con refuerzo positivo previo: si alguna vez recibieron caricias o atención después de hacerlo, lo repetirán.

5. ¿Qué hacer si te incomoda?

Aunque no es una conducta agresiva ni sexual para el animal, puedes:

  • Redirigir su atención con una orden básica (“siéntate”, “quieto”)
  • No reforzar la conducta con risa, caricias o atención
  • Enseñarle límites con entrenamiento positivo

Conclusión

Cuando un perro huele tus partes íntimas, no es falta de educación ni un acto pervertido. Es, en términos biológicos, una forma natural de obtener información mediante su principal sentido: el olfato. Para ellos, es tan normal como un apretón de manos entre humanos.